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Por lo general, solemos identificar fácilmente una fobia, usamos el término de forma cotidiana con mucha frecuencia, pero qué es realmente?

La podemos definir como un temor irracional a cosas, animales, situaciones o espacios que no aparentan ningún peligro en concreto. Sentimos miedo ante algo que realmente nos ponga en peligro, respuesta que es más bien adaptativa, nos cuida, nos protege y nos prepara para la acción. Mas la fobia no proviene del objeto en sí, sino es más bien lo que despierta en la persona.

La mente se vale de las fobias como forma de protección ante alguna angustia que proviene de dentro, pero colocándola afuera, de tal forma que sea más fácil de controlar. Es decir, al colocarlo en algún objeto o situación externa, lo único que hay que hacer para controlarla, es huir o alejarse. Un ejemplo puede ser a los aviones, donde lo único que hay que hacer es no subirse en uno.

El problema deviene cuando va en aumento, poco a poco los miedos van cogiendo más terreno y la persona se encuentra cada vez más limitada, en cuyo extremo encontramos la agorafobia y/o claustrofobia. Existen muchas fobias, más simples o más complejas, mas la experiencia de cada individuo es única e importante.

TRATAMIENTO

A través de la psicoterapia se trabaja sobre la personalidad global del individuo, buscando esos aspectos ligados a la fobia en su historia personal y restableciendo aquello que ha quedado desconectado, de tal manera que le provea comprensión y que la fuente de angustia aminore. Se podrá adquirir de esta forma mayor tranquilidad y nuevas formas de desenvolverse en su día a día, reconquistando el terreno afectado.

Es importante recordar que en cualquier trabajo psicoterapéutico desde el marco psicoanalítico conlleva la exploración de la personalidad, pues no podemos desligar partes de la persona, es dinámico, es un todo. Así, no solo se tratarán estos síntomas sino otros aspectos de su vida que también podrán aliviarse.